Con el trofeo de campeón de la Tercera División española de
fútbol en sus vitrinas desde el pasado domingo 19 de mayo, el Extremadura UD ha
dado un paso de gigante para lograr el objetivo de ascender a la categoría de
bronce del fútbol español, la Segunda
División B. Me parecía una buena oportunidad para escribir y
describir lo que se siente al vivir el “play off” de ascenso; el hecho de hacer
(en mi caso) más de 400
kilómetros para ser una pieza más en ese puzzle
importantísimo que formamos la afición en las gradas, con los pelos de punta y
dejándonos la voz, remando “todos a una” para ser grandes y reconocidos en la
historia del fútbol, como lo fuimos en la década de los 1990.
Es curioso como un equipo de una
ciudad tan pequeña (Almendralejo) puede levantar tanta pasión no sólo por
España (País Vasco, Castilla y León, Madrid…) sino también por el mundo
(Londres, EEUU, China), con pancartas y mensajes de apoyo para el
enfrentamiento que se dará mañana frente al CD Toledo en la localidad manchega.
Confío en que obtengamos un
resultado positivo que me incite a realizar otra entrada al blog con este tema.